FURIOSO- muestra pictorica de Eduardo Barcenas
Un grito: doloroso, furioso, silencioso. Es una expresión fulminante de pasión y tragedia, de la Existencia tormentosa y atormentadora, plasmada en la obra de Eduardo Bárcenas. Desde la más temprana, incluso en el paisaje colorido pero desolador, el artista dirige la mirada hacia el interior. Se vincula a la condición sufrida del Ser: ecce homo. Comenta y hace protesta sobre la violencia, la injusticia, el horror y la tristeza tanto en hechos mundiales como en vidas personales.
Por medio de casi tres decenas de telas y el libro Ópera furiosa, que como la mayoría de lo exhibido en esta ocasión consiste en obra inédita, transitamos en la última década de producción artística cuyo origen es fenomenológico y humanista. La máscara, la mirada, la palabra, el grito y el silencio son motivos constantes. La pintura de Bárcenas es sobre todo intencional: el artista desvela lo necesario para inducir reacciones y emociones en el espectador que él mismo siente.
El paisaje convertido en neblina es el trasfondo/palimpsesto sin color donde la figura y la palabra se entretejen para expresar temas imperantes: la furia y el desamparo. Rostros congelados en expresiones de angustia, bocas que chillan y dentaduras rabiosas se revelan y desvanecen entre escritos velados. Cualquier deseo nuestro de interpretar las escrituras se encuentra casi siempre frustrado, provocando ansiedad y abandono. Es un cuestionamiento constante del Ser y la Identidad, de la realidad y la autenticidad.
No trata de belleza ni agrado, tampoco desesperanza ni carencia de placer. La blanca luz intensa envuelve, obscurece y consume. Como la noche, induce temor. Pero igualmente fascina y deleita, e impulsa el deseo de adentrarse en el torbellino de gritos mudos para compartir la experiencia devastadora... y la regeneración consiguiente.
Esperanza León
East Hampton, New York
Julio 2012